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Fijar el precio de un alojamiento turístico es una decisión crucial que puede afectar a la rentabilidad y competitividad del negocio. Para establecer un precio adecuado, es importante tener en cuenta una serie de factores clave:

Vamos a enumerar algunos importantes, además de estos, siempre está el factor corrector que marca el mercado, en este sentido, existen múltiples software y tecnologías que pueden ayudarte a afinar la competitividad. Por eso antes de dejar a la tecnología fijar los precios, es importante tener en cuenta todas estas variables que hacen que los precios determien el beneficio real de la actividad empresarial.

Dicho esto, lo importante a la hora de fijar el precio es tener siempre en cuenta los costes, la rentabilidad y la competencia en el mercado.

Costes de explotación:

Calcule los costes de explotación, que incluyen gastos como el mantenimiento de la estructura, los servicios asociados a la reserva, los salarios del personal, los seguros y los impuestos. 

Estos costes deben cubrirse antes de que el negocio genere beneficios.

Ubicación:

La ubicación del alojamiento influye notablemente en el precio. Los establecimientos situados en zonas turísticas de gran afluencia suelen poder cobrar tarifas más altas que los situados en lugares menos atractivos.

La distancias al centro, a la playa o a la estación de Esquí son muy a tener en cuenta.

Tipo de alojamiento:

El tipo de alojamiento también influye en el precio. 

Un alojamiento de lujo con servicios de alta gama puede cobrar tarifas más altas que un alojamiento económico con servicios básicos.

Los m2 y el espacio, si es un apartamento o una casa, suelen repercutir en la percepción de lo que se está dispuesto a pagar. 

La competencia:

Analizar la competencia local es importante para conocer nuestra posición respecto de la competencia. Conocer los precios que ofrecen otros alojamientos similares en la misma zona ayuda a determinar cuál es el rango de precios competitivo.

Pero no es un factor definitivo, ya que cada vivienda de alquiler vacacional es única y lo que el cliente busca en nuestras propiedades es precisamente esa singularidad por la que está dispuesto a pagar.

Temporada y demanda:

La temporada alta y baja, así como los eventos o festivales locales, pueden influir en la demanda y, por tanto, en los precios. En épocas de gran demanda, como vacaciones o eventos especiales, las tarifas pueden aumentar.

La estacionalidad y la demanda son factores que pueden aumentar el margen de beneficios, pero….. ¿hasta cuánto? 10%, 20%, 30%? Un aumento exagerado del precio podría dar sus frutos a corto plazo, pero quemar la plaza para el futuro. Debemos mantener siempre los pies en el suelo y ofrecer precios realmente competitivos y justos.

Segmento de mercado:

Definir el mercado objetivo es esencial. Los precios deben ajustarse a las expectativas y el poder adquisitivo de los clientes objetivo. 

El coste del alojamiento puede ser significativamente más alto donde hay menos oferta. Los mercados son diferentes en la montaña, en la playa, en la ciudad o en una estación de esquí.

Percepción del valor:

Los clientes evalúan el valor que obtienen por el precio que pagan. Ofrecer servicios adicionales, comodidades o promociones especiales puede justificar tarifas más altas. 

A veces, un servicio adicional, incluso gratuito, aumenta el valor de la reserva porque lo interesante es la experiencia del usuario, no si paga un poco más o menos por su reserva.

Duración de la estancia:

A menudo, los alojamientos ofrecen tarifas más bajas para estancias más largas o paquetes especiales que incluyen varias noches.

Cuanto mayor sea la duración de la reserva, menores serán los costes de explotación, y si repercutimos estos costes en el precio a la baja, también conseguiremos reservas y clientes más largos, lo que sin duda será más rentable para todos.

Estrategia de precios:

Decidir si se sigue una estrategia de precios premium (cobrar más por un producto de alta calidad) o una estrategia de precios bajos (competir en precio) es importante para la fijación de precios.

Si tus clientes te ven barato es malo, si te ven caro también, la estrategia es que debe haber una correspondencia entre valor y precio, la percepción del cliente es muy importante, ignorarla traerá consecuencias.

Comisiones y tasas:

Si el alojamiento trabaja con agencias de viajes online o webs de reservas, es importante tener en cuenta las comisiones y honorarios a pagar por cada reserva.

Este es un punto muy importante, la relación con las OTAS y cómo pueden acabar decidiendo tus precios, es un factor de amenaza que debe gestionarse con habilidad y sentido común.

Política de cancelación y reembolso:

Definir una política clara de cancelación y reembolso puede influir en la percepción del valor por parte del cliente e influir en las decisiones de reserva.

Además de clara, debe ser justa. Los gastos de cancelación tampoco deben ser una propuesta de todo o nada. Puede incluir opciones de bonificación o recuperar lo pagado a cambio de una tasa de cancelación. En cualquier caso, cuanto más transparente y sencillo sea, mejor.

Estrategia de marketing:

La promoción y el marketing pueden influir en la percepción del valor del alojamiento por parte del cliente, lo que a su vez puede justificar precios más altos.

Marketing = Ventas, las ventas también buscan la satisfacción del cliente, por lo que a veces, hay que comunicar y dar valor a las cosas que hacemos, explicarlas e implicar al cliente en la misión de la empresa. Una buena estrategia de comunicación y puesta en valor de nuestros productos y servicios aumentará la percepción de valor añadido. Esto nos permite jugar con los precios, generalmente subiéndolos gracias al valor que aportan nuestros servicios.